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La separación afecta en forma distinta a los hombres y a las mujeres

Ellos adelgazan y hacen más ejercicio, pero necesitan más apoyo psicológico. Las ex esposas, en cambio, duermen menos, pero mantienen una mejor salud mental.  

AMALIA TORRES 

Algunas parejas se parecen cuando están juntas. Sin embargo, al tomar la decisión de separarse, las diferencias físicas y de comportamiento se vuelven evidentes. Así al menos lo avalan distintos estudios científicos que demuestran cómo cambian los hombres y las mujeres luego de un divorcio.

Ellos, por ejemplo, suelen comer menos después de una separación y, como consecuencia, adelgazan. Un estudio publicado en el Journal of Epidemiology and Community Health concluyó que luego de seguir a 38 mil hombres por ocho años, los separados eran más flacos que quienes seguían casados.

Eso sí, no bajan de peso porque su comida sea más saludable. Según su experiencia profesional, Susana Ifland, vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Psicología y terapeuta de parejas, explica que los hombres separados optan con mayor frecuencia por la comida chatarra y cocinan poco o nada, "a diferencia de la mujer que es más preocupada de su alimentación".

Mal descanso

El estudio del Journal of Epidemiology and Community Health también subraya que quienes vuelven a casarse reducen su consumo de alcohol, bebidas azucaradas y comen más vegetales que los divorciados.

Sin embargo, la alimentación no es el único tema que marca una diferencia. A la hora de dormir, las recién separadas tienen mayores problemas para conciliar el sueño. La revista especializada Sleep aclaró que las mujeres que están en una relación estable, en cambio, tienen una mejor calidad de sueño.

Quizás es la falta de descanso la que provoca que las divorciadas tiendan a verse hasta dos años mayor que las solteras o casadas de su misma edad. Según la Sociedad Americana de Cirugía Plástica, las mujeres que han terminado con un matrimonio tienen más arrugas alrededor de los ojos y la boca.

Preocupados por la imagen

Eso sí, ningún estudio ha demostrado que ellas vayan más al gimnasio, como sí ocurre con los varones. Una investigación sueca analizó a nueve mil hombres que tenían alrededor de 40 años y vieron que los que habían terminado una relación de pareja se preocupaban más del físico que los casados.

"No es raro que ellos comiencen a ir al gimnasio, que se preocupen más de cómo se visten y se asusten si empiezan a perder el pelo. Quieren sentir que no han perdido su atractivo. Eso sí, no hay que olvidar que también muchas mujeres se someten a cirugías estéticas después de separarse", dice Ifland.

Pero más allá de la imagen, el estado psicológico es el más dispar: luego del divorcio, ellos suelen acudir más al psicólogo que ellas, según lo afirmó un estudio estadounidense.

A la psicóloga de parejas Perla Sanhueza no le sorprende esta conclusión: "Muchas veces las mujeres hacen el duelo durante la relación. Sin embargo, es común que él no haya visto las señales y, por eso, cuando llega la separación definitiva, no está preparado y puede quedar en shock . Eso los hace recurrir más a terapia".

A esto se suma el hecho de que los hombres no comparten los sentimientos con sus amigos, como sí lo hacen las mujeres, lo que las ayuda a entender sus problemas. "Ellos se entretienen echando la talla y yendo a bares; a las mujeres eso no las llena. Lo que les secreta dopamina son las relaciones intensas, donde se comunican con intimidad y eso hace que tengan más redes que las ayudan a superar estos momentos", aclara Ifland.

    
El momento de la decisión

Sólo cuando hay diferencias irreconciliables, como por ejemplo, cuando se descubre algo de la otra persona que no se puede aceptar, la psicóloga Susana Ifland cree que una separación es buena opción. "Todo lo demás es trabajable", explica la experta.

Según agrega, uno de los errores más comunes de las parejas jóvenes es separarse cuando empiezan a descubrir actitudes que no les gustan en el otro. "En vez de tratar de cambiar al otro, hay que aceptarlo como es y trabajar lo trabajable. Si uno que no habla mucho en la relación, por ejemplo, se puede entrenar a la pareja para volverse más comunicativa", dice.

"Muchas veces las parejas dicen que pelean tanto y se hacen tanto daño entre ellos y a los niños, que es mejor separarse. Pero, en algunas ocasiones, basta con hacer cambios en la relación para arreglarse. Sí podría ser buena idea cuando el amor se acabó, cuando ya ni siquiera les da rabia lo que hace el otro", agrega la psicóloga de parejas Perla Sanhueza.

Publicado el 25/12/2010

Fuente: El Mercurio